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sábado, 26 de enero de 2013

Sin pena ni gloria

Cuando nos encontramos en los últimos días del mercado invernal de fichajes, en la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán, los dirigentes sevillistas han sorprendido a sus aficionados una vez más. Y es que la capacidad de asombro no tiene límites en los últimos tiempos. No ha llegado el esperado y necesitado delantero, no. Tampoco lo ha hecho un central de jerarquía y garantías que se lleva pidiendo a gritos desde el verano al igual que el delantero, no.

La sorpresa ha sido el repentino traspaso de Diego López, portero llegado a Nervión el pasado verano, al Real Madrid por una cantidad que oscila entre los 3,5 y los 4 millones de euros, por lo que el club sevillista lo traspasa siete meses después, prácticamente por la misma cantidad que se lo compró al Villarreal.

Diego López, de 31 años de edad y de casi dos metros de altura, ha pasado por Nervión sin pena ni gloria. Fichaje esperanzador y aplaudido por éste que os escribe el pasado verano, dado que era el mejor portero que podía fichar la entidad. Lo que nunca esperaba era que con dos porteros que ya había (Palop y Varas), el Sevilla gastase 3,5 millones en fichar a otro más en ese puesto y dejase otras demarcaciones sin reforzar.

No sé que le ha pasado a Diego López en Sevilla, pero su fugaz estancia en nuestro club será recordada sin pena ni gloria, ya que a la maltrecha defensa que tiene el equipo sevillista, jamás le ha transmitido ni seguridad ni carácter. No entiendo como con una altura envidiable para un portero como la que tiene Diego López, se puede vivir eternamente debajo del larguero.

Unos dicen que se lo cargó Míchel tras no devolverle la titularidad una vez que fue expulsado en la segunda jornada, precisamente ante el Granada. Otros dicen que Palop es mucho Palop en todos los sentidos, dentro y fuera del vestuario (piensen mal y acertarán). Sea como fuere, los aficionados sevillistas que vemos al equipo, debemos reconocer que el actual Palop transmite mucha más confianza que el actual Diego López. Al portero ahora traspasado, no le recordamos ninguna parada en los once partidos que ha disputado con nuestra camiseta (ocho en liga y tres en Copa).

La necesidad del Real Madrid en fichar a Diego López ha surgido tras la lesión de Casillas que lo tendrá apartado entre dos y tres meses de los terrenos de juego. En el bando sevillista, con las pregonadas arcas vacías, han aceptado realizar la operación en apenas 24 horas. Ni tan siquiera se ha esperado a que se dispute esta jornada (el Sevilla lo hará este lunes), donde Palop anda tocado y no está entrenando con el grupo.

Tras este fugaz e inesperado traspaso se abren múltiples interrogantes para un simple aficionado y abonado sevillista como yo.
  • ¿Tan necesario es dejar desprotegida la portería sevillista en estos momentos, con Andrés Palop en la enfermería, donde el Sevilla no sabe muy bien si debatirse en liga entre la zona baja peligrosa o la zona media, mientras que en menos de una semana disputamos en Copa el partido de ida de las semifinales que podrían salvar el pésimo año sevillista?

  • ¿Tan bueno es Diego López para que el Real Madrid pague lo mismo que hace unos meses pagó el Sevilla, cuando el jugador no transmite ni el 50% de lo que se esperaba de él? ¿Estamos ante un nuevo "caso Reyes"? ¿Se ha hecho el Madrid con un jugador tipo "Pinto" como ya tiene el Barcelona? Recordemos de todos modos que para el R.Madrid pagar una cantidad de 3,5 kilos, acostumbrados a los desembolsos galácticos, es una auténtica minuta.

  • Si el pasado verano se fichó a Diego López por cinco temporadas y vaticinando que sería el portero que lideraría un nuevo proyecto en Nervión, ¿tan necesario era venderlo apenas siete meses después?

  • Con todos los hechos objetivos que estamos observando los aficionados sevillistas, ¿qué opinión podemos tener del concepto de planificación que tienen Monchi y del Nido?

  • Con el dinero recaudado por el traspaso de Diego López, ¿se va a invertir en el delantero internacional cedido por el que se está negociando y que no culminan las negociaciones? ¿Se va a invertir en traer a otro portero experimentado? ¿Se utilizará para comprar la segunda mitad del pase de Medel? ¿Se invertirá en pagar deudas a la plantilla? ¿Se utilizará para "tapar agujeros"?
  • ¿Cómo le habrá sentado todo esto al recién llegado Unai Emery? ¿Le habrá aliviado un problema en el vestuario o le habrá amargado el sabor de su primera victoria?

  • ¿Qué perfil de portero está buscando el Sevilla? ¿Un portero veterano y suplente como Toño (ahora en el Granada) por el que ya estuviese interesado el pasado verano o se va a quedar con el canterano Julián del Sevilla Atlético?


Por cierto, que puestos a elegir, mi predilección es por Andrés Fernández, actual portero de Osasuna, joven, ya experimentado y de futuro, que creo que termina contrato y queda libre el próximo mes de junio.

Desde luego no es el mejor momento para provocar movimientos mareantes en la plantilla que parece que está recobrando las constantes vitales con la llegada de Unai Emery al banquillo y que tiene en 48 horas un importantísimo partido ante el Granada, equipo al que aventaja en sólo tres puntos. 

Y es que en estos días, se está hablando de todo en Nervión (Copa, semifinales, posible final, traspaso del portero, posible venta de Fazio, negociaciones por un delantero, etc), de todo, menos del crucial partido que tenemos el lunes ante el Granada.

Y aunque creo que lo he dicho, no me importa recordarlo: Palop continua tocado. Si el pasado verano había que poner una velita y cruzar los dedos para que Negredo no se lesionara, ahora debemos pedir otro esfuerzo divino más y hacer lo mismo con el capitán de la plantilla, Andrés Palop.

Esperemos que todo este caos organizativo no nos pase factura.

1 comentario:

Rafael Sarmiento dijo...

La economía manda. Los euros, ni más ni menos. Muy por encima de lo deportivo. Es lo que hay y tenemos que asumirlo.

A partir de ahí, un desastre, en mi opinión. Entiendo perfectamente los apuros económicos y la necesidad imperiosa de hacer lo que sea para aliviarlos. Es lo único a lo que me agarro para entender esto.

Un saludo.