Empate ante el colista (2-2)

No pienso escribir nada sobre el partido hasta que no me quede tranquilo explayándome sobre la salvajada actuación arbitral que ha tenido el colegiado engominado Muñiz Fernández en contra del Sevilla FC en la noche de hoy en un encuentro que finalizó con empate a dos, conseguido in-extremis por el vallecano Álvaro Negredo, que por fin reaparecía de su lesión.

Y he catalogado como salvajada la actuación arbitral porque lo presenciado en Cornellá hoy es hasta denunciable y digno de sancionar a un árbitro que dicen que es internacional y que, además de su trabajo, gana la nada despreciable cantidad de más de veinte millones anuales de las antiguas pesetas. En estos casos y en este país donde las leyes se le aplican a todo hijo de vecino menos a políticos, banqueros y famosos, lo único que cabe esperar es que este colegiado entre sancionado en la nevera y no pite más en una temporada. Pero claro, este golpe en la mesa lo debe dar del Nido y no yo desde un humilde blog que leen unos cuantos de buenos sevillistas.

El engominado Muñiz Fernández ha demostrado ser malo de solemnidad, pero también tener muy mala leche. Ha señalado un penalty en contra del Sevilla de los que no se pitan todos los domingos, tan sólo en el día de hoy, al igual que ya le sucediera a Maduro en Vigo. A este Sevilla cogido con alfileres, lo que le hace falta es que le soplen encima para terminar de caerse. Por si fuera poco, como creo que no se había quedado con la conciencia tranquila, señala otro penalty diez minutos después a favor del Sevilla por una de las típicas jugadas que tampoco se suelen pitar todos los domingos dentro del área. Es decir, que el alicaído Sevilla conseguía reponerse en el minuto 24 y enderezar un encuentro que parecía que se le iba a torcer como en Vigo, Zaragoza o Bilbao, por citar algunos ejemplos muy recientes para todos los sevillistas.

Pero lo más curioso sucede hacia el minuto 35 de partido cuando José Antonio Reyes se dispone a lanzar una falta en el vértice derecho del área perica conforme ataca el Sevilla. El colegiado señala con su brazo y autoriza el lanzamiento e incluso parece que toca el silbato. Acto seguido, Reyes bota la falta y el árbitro que estaba hablando con jugadores para impedir que se agarraran, manda repetir el lanzamiento y muestra cartulina al utrerano que le supone la segunda amarilla y la consiguiente expulsión. Si no has visto el partido te parecerá increíble lo que estás leyendo pero te juro que así ha sido, ni más ni menos.

Así pues, un equipo en horas muy bajas como el Sevilla afronta unos 55 minutos de partido con un futbolista menos. Hasta ese momento, ante un rival malo de solemnidad como el Español y que por algo está como colista, el Sevilla, sin grandes alardes, era el encargado de llevar el ritmo del partido y tener controlado el mismo. Desde ese momento, era fácil presagiar que algo iba a cambiar.

Y claro que cambió. Una vez desmenuzada la sangrante y desastrosa actuación arbitral, faltaba la aportación negativa de los nuestros y eso no se hizo esperar. A los diez minutos de la segunda mitad, un futbolista tan pasado de rosca como Simao, con apenas 1,65 metros de altura, remataba de cabeza sólo en el área pequeña tras la concesión de liberarlo de su marca de Fede Fazio y de un Diego López que fue incapaz de salir a por ese balón. Despiste monumental a balón parado que nos vuelve a costar otro gol y van...

Y uno que tiene ya algún que otro tiro dado y que en el descanso le había anunciado a su mujer que sucedería esto en un córner, en una falta, en un fallo de uno o de otro, pues comenzó a entrar en cólera pero aguantó estoicamente hasta la conclusión del mismo. 

Una vez hecho el daño por parte del colegiado en la primera parte y añadida la colaboración por nuestra defensa, era el turno para que el equipo intentara reaccionar para no perder en casa del colista, que también ha tenido el mérito de hacerle otros dos goles a este Sevilla.

Míchel movió ficha incluyendo a Negredo por un inocuo e inoperante Babá. Lo diré una y cien veces pese a que vista la camiseta de mi equipo. El senegalés es malo de narices. Incapaz de controlar no un balón de espaldas, sino un ciento, inofensivo arriba y carente del más absoluto de los peligros para la portería rival. Y es que el ariete vallecano entraba a falta de treinta y cinco minutos del final porque no está físicamente para mucho más. Luego Rabello hacía lo propio con Perotti y finalmente Míchel innovó en el habitual cambio de hombre por hombre al dar cabida a Manu del Moral en lugar de Spahic, dejando un 3-1-4-1 con una defensa de tres con Coke, Fazio y Navarro, con Kondogbia por delante y una línea de cuatro con Navas, Rakitic, Rabello y Manu, que enlazaban con Negredo en busca del empate.

Y claro, con Negredo en el campo, aún saliente de una lesión que lo ha tenido apartado de los terrenos de juego durante tres semanas, la situación de peligro cambia y se multiplica por un millón. Y el vallecano aprovechó la que tuvo a centro de Coke cuando el minuto 90 asomaba por el marcador electrónico. Un gol tan legal como la catedral de Sevilla de grande y que el ínclito Andújar Oliver, árbitro televisivo que montaba follones en sus actuaciones semana sí y semana también, trataba de anular desde los estudios centrales. De verdad que no miento, ALUCINANTE.

Al final, un punto que sabe a poco porque en la liga de tres no dice mucho más, máxime cuando se consigue ante el colista con la mala pinta que tiene el actual Español. Sin embargo, creo que es justo valorar que el Sevilla aún con diez futbolistas nunca le perdió la cara al partido y se sobrepuso a las adversidades arbitrales que se ha encontrado este Sevilla hoy con el mentiroso Muñiz Fernández, que ha puesto en el acta que no pitó para que Reyes sacase la falta cuando las cámaras de Marca TV lo han pillado in-fraganti, por lo que se demuestra que miente, con lo cual creo que hasta prevarica. Además, Reyes al retirarse le dedicó en su cara varios insultos que no ha sido capaz de recoger, porque la cobardía que ha atesorado ha sido impuesta por su intranquila conciencia.

El miércoles volverá el Sevilla a escena, pero será en la Copa del Rey. Viajará a las Islas Baleares para enfrentarse al Mallorca de Joaquín Caparrós en el partido de ida de los octavos de final. Podrá jugar Reyes, puesto que en principio, se perderá sólo un partido de liga. También recuperará Míchel tanto a Medel como a Luna. Aún es pronto para saber si Maduro podrá ser de la partida tras las molestias que le han impedido jugar hoy. La indisciplina o el cansancio de Cicinho puede pasar a un segundo plano teniendo en cuenta el decente partido que hoy hizo Coke. Una cosa es que no crea en él tras lo visto la pasada temporada y otra muy diferente es dejar de reconocer que cuando el chaval juega bien y hace un partido aseado, seré el primero en decirlo. Una lástima que no pueda decir lo mismo sobre Papá Babacar Diawará (Babá).