¿Partido amistoso?

El Sevilla FC se impuso al Nápoles, equipo que jugará la Champions League en la presente temporada, por 1-2 (Coke y Kanouté) en el estadio de San Paolo, en un partido que se presuponía que era amistoso, y es que, aunque no haya habido puntos en juego, la dureza que han mostrado los jugadores transalpinos queda muy lejos del concepto de partido amistoso.

El Sevilla FC ha demostrado ser hoy un equipo sólido en el apecto defensivo y muy solvente, a pesar del empuje y asedio continuo de los italianos durante la segunda mitad. 

Este equipo que está construyendo Marcelino a base de trabajo puro y duro, sigue demostrando que cada día que pasa apunta a ser un equipo bien cimentado en la retaguardia y que tiene una contra letal con hombres de muchos quilates en la parte de arriba. En el día de hoy, incluso Alexis (otras veces cuestionado y mucho en este blog), cuajó un partido bastante decente, en esta ocasión ocupando la demarcación de defensa central.

Primeros minutos -cuarenta y cinco para ser más exactos- para Gary Medel, con tan sólo dos entrenamientos, y es que el chileno debe realizar una pretemporada  "express", ya que es muy necesario en este conjunto, pese al buen rendimiento que está dando el canterano Salva.

Muy buena fue la aportación de los chavales del filial como Campaña, Luis Alberto, Bernardo y el citado Salva, ya que a la mayoría de ellos les tocó lidiar con unos italianos muy exaltados en el terreno de juego y que finalizaron con sólo nueve jugadores. Los chavales no se arrugaron en ningún momento, pese a que la situación, repito que no era nada fácil.

Pues al igual que me gustó la imagen, la seriedad, la solvencia, los cojones y la pegada que tiene el equipo, que pudo ser mayor si Kanouté, Coke o Perotti están más acertados, no me gustó en absoluto los escasos diez minutos que estuvo el bosnio Emir Spahic sobre el terreno de juego. Estuvo demasiado revolucionado y tremendamente desacertado. Paso a explicarme.

Marcelino había dado descanso al bosnio que entró en sustitución de Escudé pasado el ecuador de la segunda mitad. Pues en los pocos minutos que pudo jugar, realizó tres o cuatro acciones muy preocupantes. La primera, una entrada a destiempo con los dos pies por delante en la que fue al suelo y a la desesperada y que por suerte no alcanzó al delantero rival. La segunda, una falta innecesaria y absurda en el banderín de córner que le costó la cartulina marrilla. La tercera, casi a continuación, un penalty mucho más absurdo que la falta anterior y que pudo costarle la expulsión, y que terminó significando el gol de Nápoles, cuando el equipo estaba aguantando el empuje de los transalpinos. Y la cuarta acción terminó con la expulsión del bosnio en una tángana múltiple que tardó casi cinco minutos en disiparse.

Con esto que he citado no pretendo señalar a nadie, ni mucho menos. Pero dentro del análisis del buen partido del Sevilla FC ante un duro rival y en su propio estadio, no está de más, ahora que estamos a tiempo, de que alguien le recordase al defensa bosnio, que si además de llegar con la fama de zaguero duro, se encarga de demostrarlo tempranamente y cuando no es necesario, no tardará mucho en ser etiquetado por los árbitros de la federación y por los medios nacionales, por lo que ... aviado estamos. Ahora es el momento de evitar que te pongan la etiqueta de "defensa agresivo, violento, etc". Ya me entendéis.

Si el equipo mantiene la actitud mostrada hoy, recupera a Negredo y mejora el estado físico de Trochowski, pinta muy bien en cuanto a nivel de preparación se refiere, para ir a Alemania a jugarse la clasificación europea para la fase de grupos de la Europa League.