A los pocos días de firmar Míchel por el Sevilla la temporada pasada, recuerdo unas palabras suyas en la televisión oficial del club durante una entrevista en la que decía que para él, en su concepto de fútbol, era primordial la configuración y constitución del centro del campo, el eje de todo equipo. Además, el madrileño acuñó una frase que sustentaba su filosofía de fútbol y que decía "dime que centro del campo tienes y te diré cuál es tu equipo".
Recuerdo que durante esta pretemporada muchos de los sevillistas nos llevábamos las manos a la cabeza con la cantidad de centrocampistas que firmaba el club para su primer equipo. Cuando todos demandábamos un buen central zurdo y un delantero que supliera los habituales "resfriados" de un mes de duración de Álvaro Negredo, el club firmaba y firmaba más centrocampistas. Y llegó a acumular hasta siete de ellos, intentando hasta última hora la contratación de Esteban Granero y de Jonathan dos Santos.
Pero con el paso de las jornadas y con las decisiones que toma Míchel, puede comprobarse que el número de centrocampistas no es tan amplio como podíamos pensar, ya que en esto del fútbol no cuenta la cantidad de futbolistas que tengas sino el número de jugadores en los que confías y que estás dispuesto a utilizar en tu equipo. Paso a explicarme:
Con el alemán Piotr Trochowski fuera de combate, como mínimo, para toda la temporada, son "sólo" seis los futbolistas que tiene la plantilla para utilizar como centrocampistas.
De esos seis jugadores, tres brillan para el entrenador por encima del resto. El trío en el que confía Míchel un partido sí y otro también es el formado, como ya todos sabréis, por Maduro, Medel y Rakitic. Tres jugadores a los que Míchel parece llevarse a la tumba hasta el final de sus días como técnico del Sevilla.
Ahora bien, el problema surge cuando alguno de los anteriores no está disponible, bien sea por sanción o por lesión. Los acontecimientos sucedidos en los últimos partidos dejan bien a las claras que salvo el joven Kondogbia, Míchel ya no confía en ningún otro futbolista más y claro, eso pasa a ser un problema que tendrá una explicación que el aficionado no logra entender.
El francés ha pasado a ser el cuarto jugador para esa demarcación. Es más, en el día de ayer, fue la pareja de Rakitic en un desolado centro del campo sin Maduro y Medel. En las dos últimas actuaciones de este Sevilla, bien es verdad que con el marcador en contra y un futbolista menos, el entrenador sevillista incluso ha optado por dar entrada al joven del filial Rabello (mediapunta) para cohesionar el fútbol de ataque de su equipo y hacer llegar el balón desde la medular al ataque.
Y claro, es cuando el aficionado, o al menos yo me pregunto que pintan José Campaña y Javi Hervás en esta plantilla.
Lo del canterano es digno de estudio o de tener la información que desconozco. "Linchado" pública y multitudinariamente desde el club la pasada temporada por sus salidas y sus amistades, es a principios de esta temporada cuando Míchel y su equipo se dan un plazo de unas tres o cuatro semanas para ponerlo a tono físico adecuado y a partir de ahí le dan al futbolista cuatro partidos. El joven canterano, todo hay que decirlo, no hace nada del otro mundo y se encarga de tirar la camiseta de titular que le habían facilitado. A partir de ahí, el rebote del entrenador es tal que no lo ha llevado convocado más, a excepción del pasado lunes ante el Valladolid. Ayer, en un día en el que faltaban varios centrocampistas como Maduro y Medel, fue uno de los futbolistas que se quedó junto a Bernardo en la grada. Se habla entre bastidores de que entrena mal, de que no se toma en serio esto o de que no tiene sangre. Yo lo he visto muchas semanas, incluso meses en la ciudad deportiva y este futbolista tiene calidad para llegar a la élite. Lo curioso del asunto es que aquí no llega ninguno, ni Campaña, ni Luis Alberto, ni Salva, etc.
¿Qué coño está pasando con los canteranos que prometían y que no llegan a la cima? me pregunto yo. La respuesta a este enigma no la tendremos, pero apuesten a que si llegan refuerzos invernales, no sería de extrañar que tanto Campaña como Javi Hervás saliesen cedidos hasta final de temporada. Y es que al canterano lo espera Caparrós con los brazos abiertos. Lo que no sabe el de Utrera es si se comerá los turrones en las Islas.
El caso de Javi Hervás es cuanto menos o muy complejo o demasiado simple. En el período invernal de la temporada pasada, el Sevilla FC se da tortas por adelantarse al Madrid y, sobre todo al Málaga, por quitarle este futbolista que militaba en el Córdoba en segunda división. El equipo de Nervión se hace con sus servicios por una cantidad próxima al millón y medio de euros y se lo deja cedido al Córdoba hasta que termine la temporada. El futbolista declara en pretemporada que el ritmo de primera división le supera y que en esas fechas deberá tener mucho margen de mejora si quiere participar en la máxima categoría. Y casi jamás se supo de él. Un par de ratitos de diez o quince minutos y pare usted de contar con el proyecto de futbolista arrebatado al R.Madrid y al Málaga en segunda división.
La pasada semana ante el Valladolid con Rakitic sancionado, el cordobés se quedó sin vestir. Míchel prefirió antes a Reyes y a Rabello para unir el fútbol de ataque de su equipo. Hablan de él que es un futbolista constructivo y ofensivo, pero se queda en la grada cuando el auténtico director de orquesta (Rakitic) no está presente. Ayer, con Campaña en la grada y Maduro y Medel en Sevilla, fue el único centrocampista que se quedó en el banquillo pero tampoco participó. Así pues, si su nivel no es el mínimo exigible según el criterio del entrenador, no se que hace en una plantilla que más bien escasea de efectivos que sean aprovechables.
Para terminar quiero hacer una reflexión en voz alta, ¿tan malos son los centrocampistas que tiene el Sevilla o es que la dirección deportiva contrata jugadores que no le gustan a su técnico? Y con la cantera, ¿qué demonios pasa? ¿A esto se le llama planificación deportiva conjunta? Si es así, me parece cuanto menos un auténtico despropósito. Así lo pienso y así lo expreso, porque lo que para mí carece de sentido, me parece un auténtico disparate.
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