Algo menos de media hora le bastó al Sevilla para sellar su pase a cuartos de final de la Copa del Rey sin necesidad de disputar el encuentro de vuelta, que se jugará el próximo mes de enero en Nervión. Cinco goles que generan de nuevo esperanza un equipo tan irregular como este Sevilla y que de camino hunde un poquito más al Mallorca del bueno de Joaquín Caparrós, que como ya anunciábamos en este blog en la previa del encuentro, iba a jugar sin algunos de sus habituales titulares.
Resolvía Míchel las dudas que planteaba la alineación con Coke en el lateral derecho, sorprendía con Manu del Moral en el extremo izquierdo en el lugar de Reyes y arriba, un necesario Negredo, que ha regresado con el gol debajo del brazo, como suelen hacer los buenos delanteros.
Pese a lo abultado del marcador, la primera ocasión clara del partido la tuvo el conjunto local en las botas de Arizmendi, pero un inconmensurable Andrés Palop abortaba esa tempranera oportunidad de darle vida a los bermellones. Poco después, el Sevilla se hacía con el control del juego y los goles no tardarían en llegar ante una inusual defensa en la que Nsue hacía de lateral diestro y otro lateral, zurdo en este caso como Bigas, lo hacía de central.
Y es que en el minuto 25 ya tenía el Sevilla la eliminatoria resuelta con dos goles de un inspiradísimo Álvaro Negredo y uno de Gary Medel que encarrilaba el pase a cuartos pasado el ecuador de la primera mitad. Pese al buen trabajo realizado por el equipo, bien sostenido por Kondogbia en la medular, las habituales carajas no cesan, y así en una de ellas, Fede Fazio derribaba a Arizmendi en el último minuto de la primera mitad y daba vida para que el Mallorca se pudiera meter en el encuentro. Pero no fue así, dado que lo evitó un reivindicativo Andrés Palop con una excepcional parada del lanzamiento de Giovani dos Santos desde los once metros.
Tras el descanso, Míchel jugaba con los cambios de cara al importante partido que tiene el Sevilla el próximo sábado contra el Málaga en Nervión y sentaba primero a Negredo, que dejaba su sitio a Reyes, que finalmente podrá jugar el próximo sábado al retirarle el Comité de Competición la inexplicable segunda tarjeta amarilla que vio. Posteriormente las rotaciones eran para Rakitic y Kondogbia que cedían sus puestos a Luna y Javi Hervás.
Y si quedaba resquicio a una mínima esperanza para el Mallorca de poner en apuros al Sevilla en esta eliminatoria de octavos de final, Botía a los dos minutos de la reanudación se encargó de disiparlas al rematar una falta botada por Reyes.
Con 0-4 en el marcador, el Sevilla se dedicó a triangular y hacer rondos a un toque ante un entregado equipo local y en ningún momento bajó la guardia. Tal era así que era muy previsible que llegase algún gol más porque los sevillistas no bajaban la intensidad ni el ritmo del partido. Reyes tuvo en sus botas la oportunidad de hacer "la manita", pero Aouate hizo una parada imposible. Pero como era cuestión de tiempo, a cinco minutos para la finalización del partido, Antonio Luna culminaba un pase raso de Jesús Navas para poner en el electrónico el 0-5 definitivo que cerraba el partido y de paso, también la eliminatoria.
Habrá que jugar el partido de vuelta, pero está muy claro que afortunadamente está de sobra y que será un mero trámite o entrenamiento para que lo disputen los menos habituales el próximo miércoles 9 de enero a las 19:30 h, en un horario que si de por sí aleja a la gente del fútbol, añádanle lo abultado del marcador y la emoción de la que carece la eliminatoria. Sólo falta por conocer el rival al que nos mediremos en cuartos de final, que saldrá de la eliminatoria que disputen Zaragoza y Levante.
Ahora toca recuperar fuerzas para recibir el próximo sábado al Málaga (22:00 h), equipo de Champions, bien entrenado por Pellegrini y conjunto al que el Sevilla le debería de toser y apretar aquí en el Sánchez Pizjuán, porque sin ir más lejos, ya lo ha hecho este año ante los dos equipos más grandes y todopoderosos de nuestro fútbol, como son el R.Madrid y el FC.Barcelona. Esperemos que el próximo sábado nos encontremos al Sevilla de la cal y no al de la arena.
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