¡Que ruja Nervión!

Ese es el sentimiento sevillista que va creciendo en mi interior cuándo faltan ya muy pocas horas para afrontar el partido de vuelta de octavos de final contra el FC. Barcelona. Y miren ustedes que las sensaciones que tengo desde que perdimos en casa contra el Racing de Santander son muy negativas. Lo que sucede es que, a medida que van pasando las horas, tengo ganas de presenciar el choque contra los catalanes y ver si mi equipo, nuestro equipo, es capaz de darnos una inmensa alegría.

Hace más de un mes escribí un artículo de opinión que me publicaron en la web de columnas blancas (con fecha 04/12/09) en la que yo hablaba de "tirar la Copa" o que "fuese la competición menos prioritaria" una vez conocido el rival en el sorteo, siempre y cuando se cumpliesen las directrices (o la ilusión) marcadas desde el club de conseguir la machada liguera y entrar en cuartos de final de la Champions League.

A día de hoy 13 de enero, viendo la distancia que nos separa de los dos primeros clasificados, parece que la lucha debe centrarse en quedar terceros en Liga. Pero resulta que tenemos una eliminatoria de cara y que jugamos la vuelta en casa. En un torneo donde acaba de caer también el Villarreal. Si conseguimos esta noche el pase, estarían fuera Barcelona, Real Madrid, Villarreal, Depor o Valencia y, muy probablemente, el Atlético de Madrid. Cuánto menos, la situación es para volver a soñar con hacer algo grande.

Y sin perder de vista que el objetivo de la entidad es volverse a meter en Champions League para la temporada próxima y así asegurar los importantes ingresos económicos que se obtienen por ello, a mí no me quita nadie de la cabeza a día de hoy que, si eliminamos al Barcelona, se pueda repetir la situación que os muestro en este video que tiene ya algo más de dos años y medio.

¡Qué bonito si se volviese a repetir! ¡Qué recuerdo más imborrable! ¡Qué mágica noche aquella! ¡Qué cantidad de sevillistas por las calles de Madrid durante todo el día!. Por ello, y a pesar de la actual imagen que muestra nuestro equipo, el cuál parece haber perdido completamente sus señas de identidad (defensa sólida, presión, buen fútbol, apoyos, triangulaciones, verticalidad, remate, definición, etc) yo pido, desde este rinconcito, que esta noche vuelva a rugir Nervión.

¡Nos vemos en el estadio, sevillistas!