La planificación deportiva a debate

Aun cuando no se han apagado los ecos de la resaca del derby (y lo que queda), consistentes en alegría y felicidad para los sevillistas y escozor amargo para los aficionados béticos, han saltado todas las alarmas para los aficionados rojiblancos tras conocerse la lesión del delantero centro titular del Sevilla FC (y único para algunos), Álvaro Negredo, el cual estará fuera de los terrenos de juego durante tres semanas (At.Madrid, Español en Copa, Valladolid y Español en liga), ya que sufre "una rotura miosfacial en región medial de bíceps femoral izquierdo".

Y claro, aún en estado de euforia y satisfacción tras la humillante goleada histórica que el Sevilla FC le endosó el pasado domingo al Betis por 5-1, vuelve a salir el famoso tema de la desacertada y hasta mala planificación deportiva, dado que todos los condicionantes apuntan que ha llegado la hora de Babá, delantero que hasta ahora ha mostrado limitados recursos técnicos unidos a una falta absoluta de confianza, a la disputa de muy pocos minutos en liga y a la ausencia de registro goleador, algo de lo que tanto adolece este Sevilla pese a la manita que le endosó al conjunto bético la pasada jornada.

Uno recuerda las declaraciones de Monchi hace dos temporadas con Manzano, cuando para justificar lo injustificable, hablaba de siete mediocentros entre los que incluía a Duscher, Romaric, Zokora, Renato, Cigarini, Guarente y hasta Frederic Kanouté. Y claro está de que uno no se encuentra en disposición de que le tomen el pelo. Al final, tarde pero en el mercado invernal, llegaron Medel y Rakitic que obviamente mejoraban de largo lo que ya había.

¿Qué a cuento de que viene lo de Manzano, Monchi y los siete mediocentros? Pues a que el director deportivo del Sevilla justifica en la red social twitter que el primer equipo dispone de cuatro delanteros centros si se tiene en cuenta a Alex Rubio (filial), ya que según él, Negredo, Babá y Manu del Moral forman una terna injustificable para éste que os escribe ya que la temporada pasada, en una situación muy parecida, tras la lesión de Negredo, la cesión de Koné y el traspaso de Rodri, el equipo se quedó cojo arriba y Manu del Moral demostró entre otras cosas que eso de jugar de espaldas no iba con él y que de delantero centro tenía lo mismo que yo.

Es cierto que llegó Babá, pero también se marchó Kanouté, por lo que no se ha incrementado el número de efectivos en la zona de ataque. No es menos cierto que Míchel pretendía jugar con un solo hombre en punta y se "atrincheró" en tener a siete mediocentros. Pero ahora, a un partido por semana, el vallecano Negredo se ha lesionado y le toca el turno a Babá, que para eso es profesional y lo gana muy bien. Llega la hora del senegalés y será él quién tenga que ganarse la confianza de los aficionados a base de fútbol, juego, movimientos y goles. 

De antemano la afición no confía en él por lo poco que se le ha podido ver este año. Llega su hora y por tanto estamos ansiosos de verlo y de escribir que nos hemos equivocado al juzgarlo tan prematuramente, pero eso no debe excusar que la planificación es errónea y corta ya que en el banquillo, por si el senegalés falla, se lesiona, no se encuentra acertado o por si hay que introducir variantes ofensivas para cambiar el signo del partido, tan sólo estarán Manu y Alex Rubio, cuyo rol, de antemano, no asusta ni de lejos al At.Madrid.

También será baja para visitar a los colchoneros Gary Medel, pero éste será sustituido bien por Campaña o por Kondogbia, por lo que dentro de que es una baja sensible para el equipo, preocupa algo menos porque se dispone de recambios naturales para suplir al chileno.

Ocurrió lo impensable y es que se lesionó Álvaro Negredo. Ahora llega el turno de Babá, con viento a favor, y el turno de sus valedores: la dirección deportiva. Habrá que esperar el devenir de los acontecimientos para poder opinar con algo más de información lo que ya se intuye, que no es otra de que se ha errado en la planificación deportiva de la plantilla y en situaciones como la que nos ocupa, queda puesto más que de manifiesto.