No quiero que confundáis este post con la resaca eufórica del derby, pero bien es cierto que llevo algunas semanas queriendo escribirlo y es a estas horas de la noche cuando he encontrado un rato de sosiego tras un duro y larguísimo día de trabajo.
Sería muy fácil en esta semana pero no voy a escribir sobre alguno de los pocos jugadores que tenemos en la plantilla capaces de marcar diferencias como Jesús Navas, Rakitic o Negredo, ni de otros tan queridos como Palop, Medel, Cala o Luna. Ni tan siquiera voy a escribir sobre las excentricidades del bosnio Emir Spahic ni del repentino y candente resurgir de Fazio o Reyes.
El post de hoy, quién lo diría hace un par de años es para ensalzar la profesionalidad, la regularidad y el buen hacer que muestra un jugador que juega siempre o casi siempre, que jamás se pierde un partido y que se echa en falta una barbaridad cuando no se puede contar con su presencia. No es un jugador mediático pero es tremendamente regular. Me estoy refiriendo a Fernando Navarro Corbacho, el actual lateral izquierdo del Sevilla FC.
Llegó a nuestra ciudad en el verano de 2008 procedente del Real Mallorca como parte del pago o pacto por la operación de Dani Alves, puesto que al haberse criado en La Masía, el club azulgrana guardaba algo así como un 30% de sus derechos sobre un futuro traspaso del defensor. Pues entre dimes y diretes y entre puentes aéreos, llegó Fernando Navarro para cubrir un puesto que había estado muy bien cubierto desde principios del siglo XXI pero que hacía una temporada que preocupaba y mucho.
Mientras estuvo el pequeño pero a la vez enorme David Castedo todos los sevillistas estábamos muy tranquilos, ya que el pequeño David era capaz de comerse a cuantos Goliat se le pusieran por delante en su costado. Posteriormente irrumpió el gran Antonio Puerta, que se presentaba como la alternativa de renovación del balear. Una vez consumada la trágica desgracia del sevillano y con una temporada aciaga de Champions, entre Adriano Correia e Ivica Dragutinovic no terminaban de suturar un agujero inmenso que provocaba que el equipo hiciese aguas un partido sí y otro también.
Así pues, en el verano de 2008 el Sevilla FC decidió invertir en un valor seguro como Fernando Navarro. El catalán no mejora a David Castedo ni a Antonio Puerta, ardua tarea por otra parte, pero creo que es justo reconocer la magnífica regularidad que mantiene y lo que le aporta al equipo, principalmente en la línea defensiva, lo que ha provocado que los aficionados llevemos ya un par de temporadas respirando tranquilos y sabiendo que tenemos un auténtico seguro de vida.
Esta temporada es la quinta que Fernando Navarro viste la camiseta de nuestro equipo y ha alcanzado la cifra de 149 partidos oficiales con la entidad de Nervión. No se le recuerda gol alguno con nuestra camiseta (pese a intentarlo de vaselina ante el Betis), pero nadie le podrá discutir la media superior a treinta partidos que juega por temporada. En los cinco años que lleva Fernando Navarro en nuestro equipo se le recuerdan altibajos, claro que sí. Llegó con paso firme y buen rendimiento los seis primeros meses y a partir de ahí parece que entró en declive y se contagió de la tónica general de "caraja defensiva" que ha caracterizado al Sevilla en los últimos años.
Además, tanto su segunda como su tercera temporada dieron mucho que hablar, ya que fueron dos largas temporadas en las que mencionar a Fernando Navarro era sinónimo de realizar faltas a destiempo, ganarse tarjetas absurdas por no saber medir las acciones, cometer penalties de forma increíble que hacían perder puntos y partidos al equipo y fallos defensivos que provocaban las iras del aficionado más tranquilo cuando lo contemplaba desde su sofá.
Afortunadamente y trabajando como sólo lo hacen los profesionales, en silencio, Fernando Navarro ha conseguido revertir esa difícil situación y ganarse el respeto de una afición que, aunque jamás corea su nombre, pero que sí lo respeta y valora mucho su trabajo.
Fernando Navarro jamás te ganará un partido, pero siempre te ayudará a que no lo pierda tu equipo. Así pues, como profesional digno que comete aciertos y errores, pero que jamás tiene una sola palabra altisonante en los medios de comunicación, ni se habla mal de él en el vestuario, creo que se merece un justo reconocimiento por parte de los aficionados y éste que os escribe creo que le agradece, valora y respeta su trabajo con este post más que merecido por su buena y constante labor.
Y no se confundan, a todos nos gustaría que Fernando Navarro jugase mejor el balón con los pies en el plano ofensivo, claro que sí, pero creo que lo que se le debe exigir es que vigile bien su parcela, que ayude en las coberturas y que sea agresivo en la marca, y esas funciones, las que son propias de un defensa, las realiza a la perfección. Además, pocas veces se lesiona o se quita del medio. Hoy por hoy, Fernando Navarro se ha ganado un sitio en el Sevilla por trabajo, respeto y regularidad, gracias a su trabajo honrado y constante que realiza cada día. Creo que es justo reconocérselo.
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