Humillante goleada histórica por cinco goles a uno la que le ha endosado el Sevilla FC al Betis en la noche de un 18 de noviembre y que servirá para recordarla en la retina y en la memoria de cualquier sevillista. Victoria corta, que pudo y debió ser mayor de no ser por el extraño conformismo que mostró el Sevilla en la segunda mitad rehuyendo a jugar y bajando enormemente la intensidad mínima exigible. Por ello hablo de victoria corta, porque la de hoy, pudo y debió ser la mayor goleada obtenida en un derby sevillano.
Así pues, dicho el aspecto conformista de la segunda mitad, ni el más optimista de los sevillistas se imaginaba en los prolegómenos del encuentro ir ganando a los catorce segundos, ni hacer el dos a cero en el minuto cuatro, ni el tres a cero a los veinticuatro minutos, ni tan siquiera irse con un cuatro a cero al vestuario. Y si encima añadimos que los goles los iban a anotar Fazio y Reyes por partida doble, la quiniela previa al derby habría quedado desierta en cuanto a aciertos se refiere.
Había dos dudas en el once inicial; Fazio o Botía y Luna, Manu o Reyes. Pues vaya si acertó Míchel con el once inicial a tenor de lo visto en la primera mitad.
Ni tan siquiera en el Sevilla glorioso de los títulos había presenciado yo a los jugadores rojiblancos formar una piña en grupo antes del pitido inicial. Estamos acostumbrados a vérselos a los equipos que visitan el Ramón Sánchez Pizjuán, pero nunca a los nuestros en casa. Ese pequeño o gran detalle, según se mire, indicaba el grado de concienciación que llevaba el grupo de futbolistas tras el ridículo hecho en Bilbao y las claras y peligrosas manifestaciones realizadas por Míchel a la finalización del encuentro en tierras vascas.
Pitido inicial, saca el Betis, el balón llega a su portero, el debutante Adrián (que desde hoy ya sabe lo que es un derby), le deja el balón en bandeja a Reyes que abre el marcador a los catorce segundos de juego, adelantando al Sevilla FC y pulverizando además el récord que estaba en posesión del actual entrenador del Betis, Pepe Mel, en cuanto a anotar el gol más tempranero en un derby sevillano.
Pues sin tiempo para que la hinchada sevillista volviera a tomar asiento (desde hoy con la presencia y animación de los Biris), el Sevilla vuelve a mojar y una semana más, lo hace a balón parado según lo trabajado en la pizarra de Míchel y Víctor. El líder sevillista en el centro del campo, Rakitic, bota una falta y el siempre y eternamente discutido Fede Fazio hace el dos a cero en el minuto cuatro. Ver para creer y Nervión que se venía abajo.
En esos cuatro minutos ya se había visto morder al Sevilla, se contemplaban las líneas adelantadas y la asfixiante presión que había trabajado Míchel, incluyendo la anticipación rapidísima de la zaga sevillista antes de que los béticos pudieran recibir de espaldas. El Betis, con un planteamiento muy conservador y con dos medios de cierre defensivos como Rubén Pérez y Cañas, había diseñado atacar al Sevilla por su zona más débil, que no es otra que su pareja de centrales y pretendía hacer daño con las combinaciones por el centro de Beñat, Pozuelo y Rubén Castro, renunciando al ataque por la derecha donde Fernando Navarro es difícil de rebasar.
Pues una semana de trabajo tirada a la basura por el buen hacer y el acierto sevillista. Y es que incluso Álvaro Negredo pudo hacer el tercero antes del minuto diez tras driblar al portero Adrián y en posición forzada y muy escorada no pudo alojar el balón en las mallas desde fuera del área.
Pero como la diferencia del nivel de intensidad entre uno y otro conjunto era brutal, Reyes tuvo el tercero en sus botas en la impresionante avalancha sevillista de la primera mitad pero el portero bético la sacó con el pie en una parada inverosímil en la misma línea de gol cuando se cantaba el tercero de la noche.
Pero como era cuestión de esperar, llegados al ecuador de la primera mitad, centro de Navas, escorzo precioso de Negredo que el portero bético desvía al larguero y el rechace lo recoge de nuevo José Antonio Reyes y logra hacer el tercero libre de marca. Ya hacía más de veinte minutos que Nervión era una fiesta, pero una fiesta que no tenía fin ni limitaciones. El Betis era un auténtico pelele en manos sevillistas, repito, un auténtico pelele.
Hasta tal punto era la humillación, que el conservador entrenador bético, quitó a su capitán Cañas en el minuto 25 de partido para dar entrada a un mediapunta ofensivo como Pereira con un tres a cero en el electrónico.
Y como la fiesta se preveía con límites insospechados, Fede Fazio de cabeza y a centro de Reyes se encargó de hacer el 4-0 en el minuto cuarenta de partido, igualando así una marca que data del año 1943 de la historia de los derby, fecha desde la que no se repetía una goleada de este calibre al descanso.
Auténtica fiesta roja y blanca en las gradas. Sólo había un color en la grada y un equipo sobre el campo, el Sevilla FC, que se había encargado de disipar cualquier duda que planeara sobre su figura.
Y tras el descanso, sin partido intersemanal copero ni europeo que espere al Sevilla y cuando más ganas de "sangre deportiva" teníamos los aficionados, sorprendentemente se paró el equipo. Era previsible que el Betis intentase dignificar la histórica goleada y lavar como pudiese su imagen, algo bastante difícil, pero lo que no cabía en la mente es que el Sevilla echase el freno y se evadiese del partido, como si se compadeciese del rival.
Y "duele más" cuando en el minuto 60 se quedan los verdiblancos con un futbolista menos por expulsión del inocuo Rubén Pérez. Negredo lanzó la falta con peligro y ahí se acabó casi todo el partido.
De ahí hasta el final destacar el gol de Rubén Castro con una celebración inimaginable para una persona cuerda, haciendo el gol del honor tras un centro que no acierta a despejar Fernando Navarro.
Los minutos de la basura, puesto que el Sevilla no quería meterle más intensidad ni mordiente a lo que quedaba de encuentro con un futbolista más, dejó minutos para Perotti (que volvió a amagar con lesionarse), para Babá (que está más negado de lo que se puedan imaginar) y para Javi Hervás.
Fue en el minuto 90 de partido cuando Jesús Navas culminó su primera asistencia de la liga al asistir a Ivan Rakitic que con mucha clase ponía "la manita" en el marcador (5-1) que no pudieron ver muchos aficionados béticos que sorprendentemente se habían marchado hacía ya unos quince minutos del Sánchez Pizjuán. Dato éste, muy curioso y relevante.
Tan curioso como ver que tras finalizar el encuentro, los primeros jugadores suplentes que llegaron a abrazar a sus compañeros tras la victoria fueron Luna y Cala por este orden. ¿Casualidad? Ya sabéis vosotros que no lo es. Ellos lo han mamado como nosotros, desde muy pequeñito y lo llevan en la sangre pese a ser profesionales.
Curioso resultó ver completamente abatido a Babá tras el pitido final, lamentándose aún de una jugada en la que no supo conducir para plantarse solo ante el portero y hacer el sexto de la noche. Entre Maduro y Diego López consiguieron retenerlo para que no se marchase a vestuarios.
El chileno Gary Medel vio la quinta cartulina amarilla y será baja para viajar el domingo al Calderón.
Así pues, noche grande y gloriosa de derby en Nervión donde la cantera sevillista, pese a sus escasos representantes sobre el césped (Fazio, Navas y Reyes) consiguió anotar cuatro goles. Y es que aunque no os lo parezca, Fazio es canterano, al igual que también lo es Beñat.
Disfrutad de esta histórica goleada humillante que pudo y debió ser aún mayor. ¡Felicidades sevillistas!
3 comentarios:
Hay que mantener los pies en el suelo y no vale ahora ganar 4 puntos de 18 posibles en los proximos partidos.hay que salir en el Calderon con la misma intensidad y no cagarse.Que no basta con hacerlo asi ante el Madrid,Barcelona y eterno rival ya que ante los demas equipos los puntos en juego son los mismos y valen igual.
estoy contigo en que el equipo en la segunda parte tuvo piedad del eterno rival,y tenian que haber humillado aun mas a los verderones,si hubiera sido al reves ni te cuento,pero bueno en la segunda vuelta le volvemos a meter otra manita y asi todos contentos jajajaja saludos
Que gran partido Juli, como me acordé de aquel partido en el que le metimos 4 a los galacticos del Madrid en 45 min tambien y que pudimos disfrutar los 2 en el estadio. En la 2ª parte es verdad que me cabreeun poco xq no entendí xq no fuimos a por más goles pero al final se consiguió el quinto, que es lo que nos faltó con aquel Madrid.
Ojalá pusieramos esta intensidad en todos los partidos o como mínimo, la mitad que la del Domingo y seguro que este equipo estaría toda la temporada luchando por los puestos de Champions.
Publicar un comentario