Más de lo mismo (2-1)

Más de lo mismo: nuevo partido del Sevilla y nueva derrota en liga, sumando cinco victorias de diecisiete partidos en liga, con un parcial temerario de ocho puntos sobre los últimos treinta y seis disputados.

Más de lo mismo: por sexto partido consecutivo (ahí queda eso) vuelve a terminar con un futbolista expulsado. En el día de hoy, el agraciado del sorteo le correspondió justamente a Coke. ¿Qué por qué juega éste y no Cicinho? Pregúntenle al que lo alinea.

Más de lo mismo: Por enésima ocasión, el entrenador sevillista Míchel ha vuelto a errar en los cambios. Ya nos habíamos acostumbrado a que no sume con los jugadores de refresco, pero si encima le restas a tu equipo es para mear y no echar gota. Aunque esté lento, fondón y en mala forma física, Reyes era el atacante más activo e incisivo que teníamos en el campo hasta que decidió retirarlo el entrenador del terreno de juego. A partir de ahí desapareció el equipo y a los pocos minutos, su sustituto Rabello inició con un pase erróneo en la frontal de su propia área la jugada del gol que terminaría costándole la derrota al Sevilla.

Más de lo mismo: Al Sevilla le disparan a puerta por primera vez y le hacen gol y con ello basta para tumbarlo por tierra. Y menos mal que hoy la Real Sociedad no tuvo excesiva puntería.

Más de lo mismo: el equipo sólo volvió a jugar un ratito bien, siendo superior a su rival. Esta vez el espacio temporal de deleite fueron quince minutos, los que van desde el gol del empate (min.49) hasta la sustitución de Reyes (min.64). Ahí se apagó el Sevilla y tres minutos después sentenció la Real Sociedad.

Más de lo mismo: Por enésima vez hay que ver la figura de Babá que con su increíble olfato goleador entra a resolver el partido a falta de quince minutos. Evidentemente aún tengo mis dudas sobre si estuvo o no en Anoeta.

Más de lo mismo: Míchel sigue castigando al equipo no eligiendo a los mejores. Cambió la elección de la portería y sigue empeñado en que no juegue Cicinho y que sí lo haga Coke del que todos conocemos ampliamente lo que es capaz de dar de sí vistos los partidos disputados de la pasada campaña, y el ex del Rayo, se come el segundo gol a sus espaldas y es justamente expulsado viendo dos tarjetas amarillas en sólo tres minutos de la segunda mitad, por no habla del pésimo trato que le da al balón cada vez que entra en contacto con él.

Más de lo mismo: ver a Manu del Moral creerse que se parece a Messi o Michael Jordan y jugarse todas las posesiones de ataque con un criterio que dista mucho de crear peligro para el rival.

Más de lo mismo: ver que para levantar un partido que se te ha puesto en contra, no tienes a nadie en el banquillo que te pueda sacar las castañas del fuego.

Más de lo mismo: en el club callan todos los responsables cuando del análisis deportivo de la primera plantilla se refiere. El máximo responsable de la parcela deportiva, su director Monchi, sigue mutis por el foro.

Más de lo mismo: Antes de ayer fue Víctor Orta (secretario técnico), el que salió a la pista central del circo a realizar su función para reirse de los sevillistas (niños y no tan niños) y tomarles el pelo en la televisión del club, con la connivencia del presentador del programa. Eso fue hace cuarenta y ocho horas. Otros (del Nido, Monchi, Orta, Míchel y el que quieran sumar) llevan mucho tiempo riéndose del aficionado.

Más de lo mismo: el declive deportivo lleva tres temporadas en marcha. El año pasado ya terminamos en novena posición y esto va en caída libre y venciendo las leyes de la Física. No me gusta ni un pelo, pero este Sevilla de del Nido, Monchi y Míchel se encuentra en plena descomposición. Así lo veo y así lo digo, por más que me duela escribir esto.

Más de lo mismo: un nuevo partido televisivo un jueves a las 22:00 h. Pero tranquilos, que en 2013 el primer encuentro será el sábado 5 de enero a las 22:00 h contra Osasuna, con la Cabalgata de Reyes Magos culminando su desfile por las calles de la ciudad hispalense. Las que llevamos y las que nos quedan

Más de lo mismo: el buen futuro que se le presume a Kondogbia, de largo lo poco salvable del equipo en las últimas jornadas.

Más de lo mismo: estoy aterrado con el futuro inmediato que le espera a mi club a corto plazo. Miedo me da, porque además, es la primera vez que comienzo a pensar que alcanzar los 43 puntos debe ser cuanto antes el objetivo primordial si no queremos que nos siga doliendo la cabeza en grado sumo.