Un puntito ha sumado el Sevilla FC en el partido disputado esta tarde en el Calderón. Un estadio en el que se vanaglorian de cantar "¡Del Nido, muérete!" y "¡Ea, ea, ea, Puerta se marea!", tal vez porque saben a ciencia cierta de que no van a ser sancionados. Allá la conciencia de cada uno de ellos. Sobre los cánticos hacia nuestra ciudad y hacia los sevillanos, después de lo escrito, poco más tengo que decir.
Respecto al partido, varias son las conclusiones que saco, porque han dado para mucho los 90 minutos disputados:
1.- No hay debate en la portería, claro está, aunque Manzano no se entere o haga como el que no se entera. El momento de forma por el que pasa Javi Varas es sencillamente espectacular, y pese a que pudimos y debimos ganar en la tarde de hoy, si no es por el Pino Montano, a buen seguro que podíamos habernos vuelto de vacío de la capital de España..
2.- Tampoco hay debate posible en el banquillo. A Manzano ya le sobran partidos como entrenador sevillista. Nuestro club le viene grande tela, ya que el hombre está acostumbrado a luchar por otros objetivos. Hoy, se pueden destacar varias anécdotas, y de verdad que no pretendo hacer sangre, ya que anímicamente, por distintas razones, carezco de ganas para ello.
La primera reseña podría ser la de volver a jugar con dos extremos y dos delanteros natos completamente aislados arriba, pero ante un equipo tan vulgar como el colchonero, con dos delanteros propios muy enchufados, puede darte para arreglar tal descompensación táctica.
La que no dejo escapar es la del minuto 55 de partido. Como otra de las tantas tardes vividas en Nervión, a esas alturas de partido no calienta nadie, absolutamente nadie en el Sevilla FC. Raul García lesiona a Dabo en su tobillo, y hasta el minuto 60 no se efectúa el cambio. ¿Adivinan ustedes el motivo?. Evidentemente, Sergio Sánchez necesitaba al menos cinco minutos para estirar las piernas.
Puede ser una anécdota la narrada, pero de manual básico de entrenador es el cerrar, parar, detener, controlar o ralentizar un partido cuando lo ganas por 1-2 (gol de Rakitic) en el minuto 66 de partido. Viendo las imágenes desde mi PC pedía a gritos un cambio de un centrocampista más (Zokora o Renato), por un delantero o por Perotti, me daba absolutamente igual, pero algo había que hacer porque el partido se ponía loco, pero a diferencia de otras veces, íbamos ganando y necesitábamos disminuir las revoluciones del encuentro. Ese ansiado cambio no llega ni incluso tras el 2-2. Ni tan siquiera cuando podemos perder el partido en la jugada tonta de la semana.
La "solución de Manzano" es dar entrada a Capel por Perotti, ¡toma ya!. ¡De traca y de las gordas!. Para entonces, gracias a Dios y a Javi Varas, el partido no estaba ya 3-2. El esperado cambio de Renato por Luis Fabiano llega en el minuto 89 de partido. A ver si alguno me explicáis el significado del mismo, salvo que sea para perder tiempo, y se diese por bueno en el minuto 89 de partido el empate, y entonces sí interesase conservar ese puntito.
3.- Seguimos teniendo un grave problema en el lateral derecho. Lo que Medel y Rakitic se han encargado de arreglar en la medular, más la importantísima ayuda que Fede Fazio está echando en la retaguardia, se sigue yendo por el desagüe, debido a que tenemos un espectacular coladero en el flanco diestro. Ya he comentado más de una vez las limitaciones y ¿aptitudes? de Dabo. Supongo que el senegalés juega porque es más rápido que Sergio (versión de Manzano en Portugal). Para colmo, el catalán tampoco está fino cuando sustituye a Dabo, y ambos goles colchoneros vienen por el mismo sitio y por sendos errores de nuestros laterales, que no se enteran de que les entra por allí el expreso de Neptuno.
4.- Pudimos y debimos de ganar. Y ya que el entrenador no puso de su parte, tampoco tuvimos la suerte necesaria en el magistral golpeo de Álvaro Negredo desde fuera del área que impactó en el travesaño y que no traspasó la línea de gol al botar. Una auténtica lástima con lo enchufado que anda el vallecano y con el golazo que ya había anotado en la primera mitad.
5.- Iba a escribir "¡qué bueno es Mateu Lahoz!". Me encantan los árbitros que dejan jugar y que pasan de interrumpir mil y una veces el juego. He dicho que iba a escribirlo, pero es que, a pesar de que sólo se repiten mil veces las jugadas, según el equipo afectado, tengo la tremenda sensación que tras el disparo al larguero de Negredo, Diego Capel ha sido agarrado por el hombro y derribado por Ujfalusi cuando se disponía a remachar la pelota a tan sólo dos minutos de la finalización. Se podrá debatir si a Capel le gustoa mucho o poco el agua de la piscina, si le dan muchas o pocas patadas para el tiempo que conduce la pelota, pero a mí que me expliquen que sentido tiene que se tire en el césped un jugador que va a remachar la pelota posiblemente con la cabeza, y máxime cuando le tiene ganado medio metro a su defensor en el área pequeña, salvo que haya sido derribado.
Creo que pudimos perder por las ocasiones que abortó Javi Varas. También pudimos ganar con una pizca de suerte, Manzano aparte. Y de lo que sí estoy seguro es que un buen entrenador, con un 1-2 logrado en el marcador en el minuto 66, se preocupa de intentar cerrar el partido y de no dejar a su equipo a la deriva y encomendado a la suerte, más aún tras el cansancio que arrastramos de Oporto.
La próxima cita, el martes a las 22:00 horas ante el Sporting de Gijón.
¡Ya he perdido la cuenta de puntos que hemos perdido por méritos propios! Parafraseando a nuestro presidente, me atrevo a firmar que ya hemos dilapidado más de una decena de puntos.
2 comentarios:
Julian hoy me ahorro de comentar,totalmente de acuerdo contigo,joder estamos mas quemaos que una moto.saludos.sergio.palangana.
siempre nos quedara el sevilla atco
Pedazo de post,amigo Julián.
Desde luego has resumido todas las sensaciones que experimentamos ayer viendo el partido.La verdad que yo tb pienso q al mister le viene grande nuestro Sevilla,pero otro cambio de entrenador a estas alturas,creo que no es bueno,en fin..esta historia ya la conozco...
abrazo grande!!
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