Segunda victoria a domicilio (1-2)

El Sevilla FC logró ayer en Mestalla su segunda victoria a domicilio en lo que va de temporada. La anterior databa de la visita a Zaragoza, donde ha ganado todo el que se lo ha propuesto.

Ayer, a excepción de la primera media hora, donde el Sevilla FC mostraba la imagen de un equipo expectante, timorato y al que el balón le duraba muy poquito (como en los tiempos de Marcelino), el equipo de Nervión fue superior al Valencia, incluso muy superior en varias fases del encuentro.

Ayer no se perdió la cara al partido en ningún momento, ni siquiera cuando se adelantó el Valencia en el marcador. Lejos de evadirse del partido, el equipo de Míchel adelantó las líneas de presión y supo remontar un partido, concepto éste que apenas recordábamos los sevilistas.

Ahora destacan los Navas (espectacular) y Rakitic (cuanta falta hacía). Medel sigue rayando a un excelente nivel. Son noticia, pero en positivo los Palop y Kanouté. Los centrocampistas, sea casualidad o no, han anotado cuatro goles en dos partidos. Hay más libertad de movimientos y no tanta rigidez en el sistema. Aunque pueda parecer ventajista el comentario, lo que sí es una realidad contrastada, es que estas cosas ANTES (Marcelino) no pasaban. Y llegados a este punto, tanto para lo bueno como para lo malo, los entrenadores también suelen tener algo de culpa.

Cierto es que aún no se ha logrado nada. Aún no sabemos si será un efecto gaseosa el de Míchel o si la victoria en Mestalla supondrá un pulso de verdad del Sevilla a sus rivales para decirles que llega muy fuerte desde atrás y que hay que contar con él. Todo ello es una incógnita hasta el momento, aunque al menos, los sevillistas volvemos a recobrar la ilusión.

Queda mucho trabajo por hacer. Hay que seguir tapando el agujero que tenemos en el lateral derecho. Sabemos también que nuestra defensa no es fiable. Urge recuperar a Negredo en su faceta goleadora y a la mejor versión de Reyes, así como a Perotti de su lesión. Queda trabajo por hacer, aunque con dos victorias consecutivas, todo se ve, al menos, con una esbozada y relajada sonrisa.