Invítennos a subir al carro, lo estamos deseando

En los últimos años, en concreto desde 1992, los aficionados al fútbol de esta ciudad, béticos y Sevillistas, hemos observado el efecto y las consecuencias que puede llegar a provocar el fomento del pensamiento único y el sibuanismo de las masas de aficionados. No creo que el ejemplo vivido de mediocrizar una sociedad sea el que deba de servirnos como ejemplo a los aficionados de Nervión.

Es por ello, por lo que los aficionados Sevillistas venimos demandando HUMILDAD y CLARIDAD (al menos desde este rinconcito lo hago cada vez que puedo y creo conveniente). Miren ustedes, yo nací en el año 1975, y desde que he tenido uso de razón hasta el año 2005, las aspiraciones de mi equipo eran las de jugar la UEFA si la diosa Fortuna nos echaba una mano. El quedar sextos (rara vez), octavos o décimos era nuestro día a día y año tras año. Acudíamos al estadio Ramón Sánchez Pizjuán con ilusión de ver a nuestro equipo. Hasta celebraba goles ajenos, como el que le marcó Alfredo Santaelena (Depor) a Zubizarreta (Valencia) en aquel reinicio de una final de Copa del Rey que se había suspendido por la lluvia, y que finalmente, nos otorgaría la clasificación europea, con Luis Aragonés en el banquillo (si mal no recuerdo).

Por aquellos tiempos yo defendía mi Sevillismo con orgullo, exactamente igual que ahora. La única diferencia radicaba en que antes el equipo daba para lo que daba, a excepción de dos o tres buenos futbolistas (Suker, Moya o Simeone, por citar un ejemplo) y ahora... ahora ... pues casi igual que antes, pero con algunos jugadores buenos más (Palop, Navas, Perotti, Kanouté y Luis Fabiano). El resto de ambas plantillas era muy normalito, pues se empeñaban en demostrarlo semana a semana. El matiz diferenciador eran los objetivos que se le habían vendido a la afición, ya que por aquellos años 90 aspirábamos a jugar la UEFA y veinte años después se nos dice que tenemos que ser terceros o cuartos, por no hablar de la descomunal comparación entre el precio de los abonos y de las entradas.

Es una pena que desde el Consejo de Administración, con José Mª del Nido a la cabeza y con Monchi como director deportivo, no se haya retomado la senda de la HUMILDAD y CLARIDAD en cuanto a afrontar de cara, el problema que tienen en estos momentos. Se empecinan una y otra vez en darle la espalda a la realidad, en convertir lo blanco, negro. En decir que sale el Sol en un día  cubierto y lluvioso. Y por ese camino no vamos a ninguna parte.

El pasado lunes perdieron una excelente oportunidad en SFC TV de dar el primer paso. Lo que llaman "El debate del Sevillismo" no pudo causarme más pena (y hablo y escribo siendo respetuoso al máximo). No pude soportar más que los veinte minutos iniciales, y quizás fueron demasiados. Ahora resulta que el problema de la clasificación del Sevilla en la zona media de la tabla y de la escasa calidad de los refuerzos de la plantilla y de las cuatro derrotas consecutivas obtenidas, radica en los Cepeda de turno, en que aún no ha terminado esta liga, en que la afición debe animar, animar y no protestar y un sinfín de absurdas excusas para justificar lo injustificable. Ese programa en absoluto representa el sentir de la afición Sevillista, que se puede respirar en los comentarios de cualquier blog o foro de internet, que se precie, en cualquier peña, en cualquier familia o grupo de amigos, o en una tertulia con tus compañeros de asiento en el estadio.

Desde el Club se pretende silenciar, una y otra vez, los problemas actuales acarreados por la pésima configuración de la plantilla y del nulo trabajo -en cuanto a eficacia- que se ha realizado en los cuatro meses de verano (desde mayo hasta agosto). Y repito que ese no es el camino. Yo he mantenido mi carné en segunda división y siempre he defendido mi Sevillismo allá por donde he estado. No soy más Sevillista por tener un carné. Cuando no tenía el privilegio de hacerlo, mi sentimiento era completamente el mismo. Y lo seguiré haciendo porque lo llevo en la sangre y lo he mamado desde la cuna (como acertadamente bauticé este blog). Lo que no estoy dispuesto a permitir es a que me tomen el pelo una vez sí y otra también, porque uno va teniendo ya una edad.

Para acudir el próximo sábado al Ramón Sánchez Pizjuán y dejarme la garganta contra los "hermanos" almerienses no hace falta que salga el presidente a reconocer errores. Aún recuerdo el trato que nos dieron el pasado mes de mayo y la ronquera que sufrí tras cantar el gol de Rodri.

Pero sí sería más que conveniente que, cuanto antes, Consejo de Administración, con su presidente a la cabeza, sintonice con la afición. Y es que la pelota la tienen los directivos en su tejado. Debe ser el presidente el que tienda la mano, pero a través de la HUMILDAD y entonación del "mea culpa", que no pasa nada por hacerlo. El lunes perdieron una magnífica oportunidad de demostrarme que las cosas estaban cambiando en los medios oficiales de mi club, porque llevan así, pero que mucho tiempo. Mañana jueves, en la junta general de accionistas tienen una nueva oportunidad. Espero que no huyan hacia adelante. Sólo deseo que sienten las bases de un trabajo humilde que debe comenzar cuanto antes, y a partir de ahí, la afición se subirá al carro en el que siempre estuvo cuando su equipo no era m´s que eso, el equipo de sus amores.

Deben hacerse mirar el por qué, en los partidos frente al Granada (en memoria de Antonio Puerta, que en paz descanse) y ante el Getafe, la afluencia de público fue bastante inferior a cuando nos visitaba el Eibar en segunda división con lluvia torrencial incluída y penalty fallado por el gallego David en el último minuto. No se puede intentar coartar la libertad de expresión de la afición argumentando que tenemos un equipo con la mochila cargada de títulos, porque Dani Alves, Javi Navarro, David, Poulsen, Martí, Maresca, Puerta y Adriano ya no están con nosotros, y lo que es peor, ni el dinero que dejaron en las arcas tampoco.

Reflexionen, al igual que lo hicieron ante la pasada final de Copa. Su recapacitación, trabajo, dedicación, esfuerzo y dinero, provocaron que más de 30.000 Sevillistas pudieran contemplar desde las gradas del Nou Camp, como su equipo se alzaba con el quinto campeonato de España. Rectificar es de sabios, no lo olviden, pero también de humildes. Hablen claro, ¡por favor!. Rebajen su ego. No se miren continuamente el ombligo. Nosotros, los aficionados Sevillistas, fieles de toda la vida, les estamos esperando gustosamente. Invítennos de nuevo subir al carro de la ilusión, no al de los títulos, no, sino al de la ilusión por presenciar un encuentro de mi Sevilla cada domingo (o cada miércoles), pero vestido de blanco o de rojo, que son los colores que amo.