Hace unos días que tenía pensado escribir este post y procedo a hacerlo en esta mañana de sábado que he encontrado algo (no mucho) de tiempo libre para dedicarle al blog.
Tal vez alguno pueda tacharme de ventajista, dado el momento en el que se cuelga este post, pero no pretendo hacerlo. La temporada pasada, mi postura inicial respecto al entrenador y a lo que veía en el campo fue diametralmente opuesta de la primera a la segunda vuelta de la competición. Bendito Unai y bendita la forma que tuvo de convencerme. Creo que eso es lo que pretendemos todos los aficionados que amamos unos colores desde la cuna y que en algún momento no nos gusta algo o no entendemos como no se cesa de raíz la relación laboral. Creo que eso es lo que queremos todos, que nos hagan rectificar a base de hechos objetivos y que, gustosamente, nos traguemos nuestras palabras.
Lo que sí creo que es evidente y paso a centrarme en el título del post, es que el actual Sevilla FC, juega "a otra cosa" muy, pero que muy diferente a como empezó la temporada pasada 2013-2014. De ahí a que pueda opinarse que "ha cambiado de estilo". Aún recuerdo el desastre táctico posicional del inicio de la temporada pasada, tanto en ataque como en defensa, y no digamos las transiciones ataque-defensa. Lo decía entonces por twitter (@JulianRuiz_SFC) y lo vuelvo a repetir ahora: "Jamás en mi vida presencié a un equipo atacando con los dos laterales defensivos a la vez y situados de extremos)", por citar una de las lindezas que nos ofrecía aquel proyecto de Sevilla. Con Rakitic situado en el medio centro, con ambos laterales de extremos y llegando precipitadamente al área con seis ó siete jugadores, aquello era un caos defensivo en cuanto se perdía el balón y los pobres de Cala y Fernando Navarro (centrales titulares por las lesiones), unido al medio centro defensivo (Iborra o M´Bia) sufrían una y otra vez ataques abusivos en clara inferioridad.
Aquello se podía tildar de desastre, de caos absoluto o, simplemente, de cachondeo o despiporre. Yo no sé si por entonces la idea era parecernos al estilo FC. Barcelona, o si Unai Emery pretendía inventar algo nuevo en fútbol, pero lo único cierto es que aquella propuesta nos llevó incluso a ser colistas de la primera división con un equipo que meses después consiguió levantar su tercer "paragüero" de la UEFA Europa League.
Afortunadamente, fuese por las presiones ejercidas desde el club, fuese por el boca a boca de la calle, o fuese porque rectificar es de sabios, Unai Emery cambió el estilo del Sevilla, el cuál parece que es el que continua ahora, de ahí el apelativo de "continuidad" que encabeza este post.
El entrenador vasco situó a dos hombres fuertes, de contención, por detrás de Rakitic, pasó a dominar abusivamente el juego aéreo y a lograr más de una decena de goles a balón parado que a la postre le dieron para finalizar quintos y ganar casi todos los partidos disputados en el último tercio de liga.
El equipo se fortaleció y se forjó de verdad atrás, desde donde deben a comenzarse a construir los campeones de verdad y, desde el trabajo, dejó rienda suelta a la calidad y velocidad que tenía el Sevilla en la vanguardia con los Vitolo, Rakitic, Bacca o Gameiro. Todo esto, unido al juego aéreo y el dominio a balón parado, más la firmeza defensiva, fue el causante principal del increíble final de temporada que pudimos volver a disfrutar de nuevo los sevillistas, cuando pensábamos que ya se había acabado "el chollo" y que pasarían varias generaciones hasta que se volviese a ver otra vez.
Así pues, según desde el prisma que se mire, se puede decir que el Sevilla FC actual de Unai Emery ha cambiado de estilo si nos remitimos a la desastrosa propuesta inicial de la 13-14, o bien, podemos decir que le da continuidad a ese estilo que terminó haciéndole campeón. Todo depende con el color del cristal con el que se mire.
Lo que sí es evidente es que este Sevilla (el de la 14-15), apunta maneras atrás. Firme, sólido y sin resquebrajarse. No sólo me refiero a la pareja de centrales. Los de arriba (Bacca, Denis, Aleix o Vitolo), trabajan una barbaridad, logrando una unidad y haciendo un trabajo difícil de superar por el adversario. Valga como referencia que en otros tiempos, un chaval de 19 años que defendiese la portería sevillista, a buen seguro que lo habría pasado bastante mal.
Además de lo ya expresado, hay que sumarle el músculo de la medular. Tanto Iborra, como el polaco Krychowiak (con una pinta excelente) o el camerunés M´Bia, dotan de un poderío al Sevilla en el centro del campo necesario en el fútbol actual, mucho más físico quizás que hace algunas décadas.
Quizás el punto menos fuerte o más débil, porque no decirlo, pueda ser la creación de fútbol ofensivo. El qué hacer cuando un partido se ponga cuesta arriba. Si este sistema juego dará resultado cuando las cosas vengan cuesta arriba. Evidentemente y por fortuna, aún no me lo he planteado. De momento toca disfrutar de la solidez y de la buena y prometedora pinta que tiene este Sevilla y ver hasta donde le permite llegar. Esto no quita que, por ejemplo, en Córdoba podamos llevarnos un chasco (el fútbol es así), pero ya habrá tiempo para analizar posibles soluciones a posibles problemas que puedan plantearse en determinados momentos. Mientras tanto, yo voy a seguir observando y saboreando el derroche de fuerza que realizan mis jugadores sobre el tapete.